Blind Guardian: A twitch on the operatic nerve (2001-2007)

Blind Guardian: ...and then there were myth and opera (2001-2007)
Por Sergio Pescador
2001.A Night at the Opera.
Por lo general sucede en el 3er lp, que, acentuando el cliché se intitula como el grupo donde, la disquera, manager o voces que hipnotizan como sirenas, les susurran "Ustedes son artistas, deben lanzar una declaración de principios musical", para mayor énfasis, ¿Por que no intitularlo como un inmortal lp de Queen?, dando un giro musical, de alineación, con resultados que destruyen, disminuyen o desaparecen a tu audiencia.
¿Qué sucedió con Blind Guardian?
"Precious Jerusalem", mencionar sitios bíblicos es delicado, Stryper, Kings X, Trouble, Helloween, (Angra) Holy Land o inclusive Sodom (Christ Passion) lo han hecho con fervor y respeto, este corte es mas blasfemo que (Dark Angel) The burning of Sodom, las voces grabadas en multi pistas, te ubican dentro de la delirante mente de un esquizofrénico, muchas gargantas al unísono sin ideas claras, asemeja bajar del monte Sinaí ... sin nada, la sofocada guitarra es calcinada cual vellocino de oro;

"Battlefield", su exploración de los mitos de Tolkien en el lp previo conceptual es elaborada y, a pesar de las intros, no aburre ni distrae, aquí te sientes como, ver una película en el cinema, mientras hablas por teléfono, respondes correos en tu computadora, comentando con tu cita - de algo que a ella no le importa, pues duerme plácidamente - comiendo pizza y bebiendo soda, todo a la vez, disfrutable pero no en conjunto; la guitarra medieval clama por épocas arcaicas, se extravían en los versos empedrados con tecnología innecesaria, carente de alma; "Under the ice", nada que ver con (Rage) Lost in the Ice, poesía pura honrando la tétrica pluma de H. P. Lovecraft, o (Metallica) Trapped under ice, una banda novata sedienta de demostrar su talento, aquí el hielo titular, asemeja esas cordilleras fabricadas de unicel y cartón en las películas serie Z de El Santo, los efectos de eco en las voces es una sobredosis de melodías, la guitarra, apenas perceptible rompe con facilidad la gélida superficie, es la versión musical de Avatar (2009): demasiados efectos especiales con trama enrevesada y confusa;
"Sadly sings Destiny", el nombre pudiera ser, colectivamente, el sentimiento de los escuchas, sin descender a la ahora denominada desviación Neo-Destruction carente de la voz de Schmier, quien decapita con Headhunter, ese choque de trenes con batería electronica llamado (Judas Priest) Ram it down  o ese engendro producto del grunge e inhalar solventes, (Chroming Rose) Insight, el pedal wah wah aúlla de dolor en los débiles riffs, no sirve de mucho tener dos grandes guitarristas si embadurnas las cuerdas con brea, un coro memorable pero sobreproducido, es añadir azúcar a un, de por si, empalagoso refresco de cola; "The Maiden and the Minstrel Knight", - "No me veas a mi" - exclama Bruce Dickinson, quien alejado de su banda, edita SkunkWorks, fallido experimento comercial de Seattle que, sin embargo, refleja su creatividad compositiva, del mismo modo, The X Factor es crucificado por la producción mediocre y la voz que no encaja con el espíritu de Iron Maiden, pero, nadie puede negar su honestidad, la asistencia orquestal es diluida, suena distante y errada, es como vestir un exagerado y sobrecargado vestido de noche para ir a escuchar reggaeton a una bodega improvisada como fiesta, la batería marcial es una marcha de vergüenza;
"Wait for an answer", es lo que clamamos a mitad de este laberinto tridimensional de disco, se oyen campanas, no sabes si llaman a misa o es tu cerebro suplicando fin a este martirio, los riffs, por fin, despiertan, una vuelta a Twilight World, una respuesta tardía, pero, una esperanza de enderezar el rumbo; "The soulforged", la batería, finalmente, muestra actitud, las melodías conflictuan con los asfixiantes coros, las almas en riesgo, aun siendo forjadas en acero, mientras los veleros de Running Wild se desplazan con calma por velocidad eólica, este veloz tema equivale a la innecesaria y terrible secuela de Speed, un barco sin destino aparente, el coro refulgente es un ancla en el verdadero metal;
"Age of false innocence", pudiera ser una desafiante declaración en contra del kpop, pero, dicho vilipendiado genero rebosa de gente con grandes habilidades artísticas, revisa (¿Realmente hay talento en el kpop femenino?), el piano carece de solemnidad, un midtempo con combustible limitado, incluso bandas como Korn o Rammstein, ambas tachadas de no ser metal verdadero, demuestran mayor emoción y entrega estas fechas; "Punishment Divine", la percusión lastima los ritmos, la fantasmal guitarra permite a los solos exhumar vida, la reverencia acústica, un tropiezo, pero no el fin, el coro flota con magnificencia;
"And then there was silence", un tema mas alla del debate, es la perfecta amalgama de las influencias de Pink Floyd, Rush y Genesis, su duración, complejidad y recargados arreglos callan a los críticos, incluido el que escribe esto, tan ambiciosa y poderosa como (Mercyful Fate) Satan's Fall, (Fates Warning) The Ivory Gate of Dreams, (Voivod) Jack Luminous o (Dream Theater) A change of seasons, la narrativa en secciones es onírica y envolvente, las emociones que transmite te dejan exhausto, posterior al juicio, un álbum que debes revisitar con calma.

2006.Fly.
El lp anterior presenta And then there was silence como tema de anticipo, con Harvest of Sorrow como tema adicional, una balada campirana que se regraba en diverso idiomas, como (The Scorpions) Wind of Change,  dejando a todo mundo salivando ante el magnifico corte titular.
Pasan 3 años y arriba Fly, cuyos lados B son Skalds and Shadows en acústico, difícil clasificar un tema sin escuchar antes la original e In-A-Gadda-Da-Vida de Iron Butterlfy, contemporáneos de (Led Zeppelin)., la versión de Slayer es recomendable, pero ninguno de los 2 se atreve a interpretar la versión de 17 minutos.

2007.A twist in the Myth.
Posterior a la majestuosa gira, Blind Guardian enderezan la ruta, evitando lo barroco del lp anterior, es un álbum conciliador, con la musica, los fans y ellos mismos.
"This will never end", presenta un riff de dragones en duelo, la corroída sobreproducción anterior, cae a pedazos como escamas en un reptil renacido, las garras se limpian de oxido, la envergadura equipara a la fuerte voz líder; "Other land", la guitarra y teclados se enlazan en un duelo a muerte, la voz aporta tonos cálidos, el nombre huele a esas paginas amarillentas de novelas de ciencia-ficción antigua, que, a pesar del deterioro del tiempo, son historias atemporales, visita a Ray Bradbury, genio de la escritura, estas otras tierras amenazan con aventuras;

"Turn the page", igual de poderosa que los temas homónimos de Rush o Rage, es un rito de madurez, la intro de aires medievales es escurrirse  ante el puente levadizo en la fortaleza de piedra solida, la letra es un acertijo: goza las vivencias pero no puedes detenerte; "Fly", el bajo y los sintetizadores crean figuras extrañas, asemejan animales creados con las manos ante la fogata, un baile de bufón se sugiere, es hard rock del nuevo milenio, abre tus alas y acompáñalos; "Carry the blessed home", una balada apropiada, es sostener tu mano en el pecho con gallardía, honrando a los que partieron antes, la voz es sabia consejera como (Sodom) Resurrection o (Chroming Rose) Right to die, ¿Qué yace mas allá del umbral?; "Another stranger me", titulo esquizoide, el video en blanco y negro se remonta al pasado, como (Dream Theater) Scenes from a memory un crimen debe resolverse bajo fotos de tonos sepia, el coro resalta a (The Who) The real me, ¿Tienes la seguridad de que aquel detrás de tus ojos realmente existe o eres un sueño de otro ser?;
 "Straight through the mirror", representa a tu supremo tribunal - tu mismo - un midtempo con impresionante orquestación, puedes vestir ropas de gala, pero tu reflejo revela tu alma desnuda; "Lionheart", obvio homenaje a Inglaterra, contiene un sabor de amarga ale marinada por Saxon, tan correcta como (Manowar) Hail to England, sin los ingleses no habría metal alemán ... ni de ningún otro lado; "Skalds and Shadows", corte de aires medievales, la guitarra y el violín se acoplan en un bosque de olmos, la narrativa remonta a eras pasadas, el coro cubierto de terciopelo;
 "The edge", exige los rasgueos del influyente guitarrista de Irlanda, la batería eleva el pulso, las venas del cuello estallan de jubilo, el borde titular puede ser arriesgarse ante amenazas o mostrar tu cuchilla ante lo desconocido; "The new order", exige un dueto con Chuck Billy (Testament), es la tercera llamada, la obra casi concluye un midtempo que recibe a "Dead sound of misery", la guitarra invoca riffs psicodélicos de Robbie Krieger (The Doors), la partida y despedida aparenta tristeza, pero aquellos que te marcan, residen dentro tuyo por siempre.

2007.Another Stranger Me.
Añade "All the king's horses", que asemeja al coro de (Raven) All for one, una balada para motivar a tu ejercito, aunque posean mayor poder de ataque, el espíritu debe enaltecerse, no hay coraza ni escudo mas resistentes que la asertividad (Brave Girls) y el saber quien realmente eres (Tri.Be); "Dream a little dream of me", corte original de Ozzie Nelson, que no es el hijo de Osbourne con los gemelos, un corte tan inesperado como Mr. Sandman, los solos no derriten sino que barnizan las melodías originales; demos de Lionheart y The Edge, demuestran sus esfuerzos por entregar arreglos y temas diversos e inteligentes.

 

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